La Casa Encantada


La penumbra la envuelve, la encontré sin buscar.
Los arboles la protegían.
Pensé que era mi hogar.
Entre sigilosa, con miedo de despertar a aquello que dormía.
Olor a moho y polvo, paredes sin pintar, arañas habitando esquinas.
Algo roza mi pelo, siento mi mano apretar, susurros al oído.
Palabras de amor sin piedad.
Pasillos oscuros, habitaciones desiertas.
Sillones cubiertos, espejos que no miran.
Una casa en eterna espera.
El tiempo fue pasando, aquellos muros me retenían.
¿Cómo escapar?
¡Yo no encontré la casa, ella me atrajo a sí!
Paso horas en la ventana viendo a los vivos pasear.
Libertad jamás fue mía, la casa me vino a buscar.
De vez en cuando, un pensamiento;
fugaz, confuso, del tiempo que pasa rápido en esta casa.
Miro a través de la ventana, no existo.

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